¿A qué sabe el éxito?

Para entender esa sensación, tenemos que buscar dentro de nosotr@s mism@s, evadirnos de nuestro alrededor y pensar en lo que te hizo dar la primera zancada. Buscar el motivo que te empuja cada día a salir a entrenar, tener presente la meta que nos marcamos, los sinsabores de la hoja de ruta y el anhelo de esos días en que todo salía.

Tener presente el futuro que nos planteamos en el pasado. Lo soñamos, lo intentamos, lo trabajamos….

Tener delante la parte de atrás de nuestros sueños. Ese lado indomable que domina nuestra cabecita y que nos hace empujar y empujar hacia delante, seguir y seguir pese a todo, pese a todos.

Tener en la cabeza lo que hicieron nuestros pies. El trabajo que soportaron, los caminos que recorrieron, el tiempo que tardaron en hacerlo y cómo quedaron las zapatillas tras el esfuerzo.

Tener en mente lo que abarcaron tus manos. Agarraste con todas tus fuerzas las ilusiones y te lanzaste al abismo, persiguiendo aquello que decían que era imposible.

Tener en la conciencia la locura que te llevo a arrancar. ¿Por qué tú? ¿Por qué ese objetivo? ¿Por qué quieres hacerlo? ¿Qué quieres conseguir? ¿Para qué hacerlo? ¿Qué te aporta o qué te ha aportado? ¿Qué ha supuesto para ti lucharlo? ¿Qué has aprendido de todo esto? ¿En qué has cambiado? ¿Qué esfuerzos has hecho? ¿Qué día te costó más? ¿Cuánto llegaste a sufrir? ¿Merece la pena?

Tener el reflejo de la imagen real de tus seres queridos. Compartir con ellos, trasmitirles el sentimiento y la emoción.

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Tener el crono encendido. El de la vida, el de vivir. Ese que parece que juega en nuestra contra y consume tu tiempo cuándo al contrario es simplemente un amigo que te advierte que debes gastarlo en aquello que te hace feliz. Pica km, dale al start, al lap. Sonríele y que te vea envejecer feliz.

Tener la sensibilidad en alerta, para cruzar la meta y dedicarte ese instante. Para cuándo acabes aquello que empezaste, aquello que tanto costó, que tanto luchaste, que tanto sufriste y por lo que tanto sacrificaste, sepas pararte y disfrutar. GRITAR.

Ese instante, el que hace que se te escape la sonrisa enorme, el que hace que una emoción indescriptible recorra tu cuerpo y te invada, te bloquee, te colapse y te llene cómo jamás te había llenado algo antes. Ese momento, tuyo y sólo tuyo, es el éxito.

Tener el oído bien abierto y escuchar decir: “Ojalá esta sensación la pueda sentir todo el mundo al menos una vez en la vida”.

El éxito, está al alcance de tod@s nosotr@s. Y si quieres sentirlo, lucha. Trabaja duro. Cree en ti y sigue adelante cuándo los días malos llegen. Sólo están ahí para que cuándo alcancemos el momento que esperamos, nos invada esa sensación que “Ojalá la pueda sentir todo el mundo al menos una vez en la vida”.

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Juan Pablo Gómez Martín

www.entrenadoratletismo.com

@juanpacoach

Entrenador Nacional Atletismo

Alto Rendimiento Deportivo

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